David Hume (Edimburgo, 7 de mayo de 1711-ibídem, 25 de agosto de 1776), filósofo, historiador, economista y escritor de origen escocés, y uno de los principales representantes de la Ilustración. Filósofo empirista, naturalista y escéptico radical, cuenta con importantes obras, fundamentales en la historia del pensamiento occidental.
Entre sus obras destacan su “Tratado de la naturaleza humana” publicada en el año 1739 e “Investigación sobre el entendimiento humano”, que vio la luz en 1748. Su principal aportación a la historia de la filosofía es, sin lugar a dudas, su teoría del conocimiento.
Resumen de la teoría del conocimiento de Hume
Hume divide las percepciones mentales en “impresiones” e “ideas”. Las primeras requieren un contacto directo entre el sujeto y el objeto y hacen referencia al momento presente, mientras las segundas, son producto del pensamiento y se refieren al pasado. Son, además, más débiles que las impresiones.
“He aquí, pues, que podemos dividir todas las percepciones de la mente en dos clases o especies, que se distinguen por sus distintos grados de fuerza o vivacidad. Las menos fuertes e intensas comúnmente son llamadas pensamientos o ideas; la otra especie carece de un nombre en nuestro idioma, como en la mayoría de los demás, según creo, porque solamente con fines filosóficos era necesario encuadrarlos bajo un término o denominación general.
Concedámosnos, pues, a nosotros mismos un poco de libertad, y llamémoslas impresiones, empleando este término en una acepción un poco distinta de la usual. Con el término impresión, pues, quiero denotar nuestras percepciones más intensas: cuando oímos, o vemos, o sentimos, o amamos, u odiamos, o deseamos, o queremos”. (Investigación sobre el entendimiento humano)"
El empirismo moderno de David Hume
A diferencia de los racionalistas, Hume afirma que la única fuente de conocimiento es la experiencia, al mismo tiempo origen y límite de todo saber. Así, el filósofo negará la existencia de ideas innatas (entendidas como contenidos mentales). No hay, dice Hume, ideas fuera de la experiencia.
La mente es como un papel en blanco, todo lo que contiene procede de la experiencia, a la que forma un conjunto de impresiones, que, no han de identificarse con las cosas.
El punto de partida de David Hume será el estudio de la conciencia humana, dejando de lado el análisis de Dios o del mundo, cuestiones centrales en la filosofía antigua y medieval. Y esta es precisamente la principal característica de la filosofía moderna: el sujeto será la base de toda reflexión filosófica.
Los tipos de contenidos mentales: impresiones e ideas
Para conocer mejor cómo es la teoría del conocimiento de David Hume vamos a hablar sobre los contenidos mentales que defendía el filósofo.
Descartes llamaba idea a cualquier contenido de la mente, pero Hume va a diferenciar entre impresiones e ideas a la hora de hablar de los elementos del conocimiento. Además de presentar una intensidad distinta, ya que las impresiones son más fuertes que las ideas, también se distinguen por su temporalidad. Las impresiones se asocian al momento presente y las ideas al pasado.
Toda idea debe ir asociada a una impresión, ya que las primeras son copias de las segundas. Si una idea no está asociada a una impresión, entonces no es verdadera. En caso de no existir esta correspondencia, la idea será falsa.
"O, para expresarme en un lenguaje filosófico, todas nuestras ideas, o percepciones más endebles, son copias de nuestras impresiones o percepciones más intensas".
El empirista habla de dos tipos de impresiones: las de la sensación (experiencia externa) y las de la reflexión (experiencia interna). Las ideas, se clasifican en simples (el color de los objetos) o complejas o combinación de ideas simples, como sería el mundo.
Las ideas, dice Hume, se combinan a partir de unas leyes naturales concretas: la ley de semejanza, la de contigüidad espacio temporal, y la de causalidad (causa y efecto). Gracias a estos principios es posible la asociación de ideas por la imaginación y a esto se debe la gran cantidad y variedad de las mismas.
Las formas de conocimiento:
Hume va a distinguir entre relaciones de ideas y cuestiones de hecho, del mismo modo que lo habría hecho Leibniz entre verdades de razón y verdades de hecho verdades de razón y verdades de hecho.
Las primeras, las relaciones de ideas, son "las ciencias de la Geometría, Álgebra y Aritmética y, en resumen, toda afirmación que sea intuitiva o demostrativamente cierta". Se refieren a objetos dependientes de la actividad mental y pueden existir o no. La guía para determinar la verdad o falsedad de las relaciones de ideas será el principio de contradicción.
En las cuestiones de hecho no hay contradicción alguna, lo mismo se pueden afirmar que negar, ya que se basan en el principio de causalidad, del cual no tenemos ninguna impresión y por lo tanto, la relación causa y efecto es infundada. Del mismo modo, el futuro no es más que una predicción, ya que no existe ninguna impresión asociada al mismo. El principio de causalidad, dice Hume, no es más que un prejuicio imaginativo, una treta psicológica. La suma de las experiencias predispone a pensar que un acontecimiento seguirá ocurriendo siempre de la misma forma, cuando realmente no existe ninguna impresión asociada a esta idea. Este pensamiento "surge enteramente de la experiencia, cuando encontramos que objetos particulares cualesquiera están constantemente unidos entre sí".
Existen, pues, dos tipos de conocimiento: el de relaciones de ideas (regidas por el principio de contradicción) y el de hechos (que dependen de la experiencia), y que al regirse por la ley de causalidad, no es posible deducir el efecto a partir de la causa ni al revés. La ley de causalidad, por tanto, no es más que un prejucio imaginativo.
Básicamente, la distinción entre impresiones e ideas se corresponde con la diferencia que existe entre la percepción del dolor cuando nos damos un golpe y la percepción de ese mismo dolor cuando recordamos, más tarde, el golpe que nos hemos dado.
Tanto las impresiones como las ideas pueden subdividirse en simples y complejas: las impresiones e ideas simples son aquellas que no pueden descomponerse en otras impresiones e ideas más sencillas; las impresiones e ideas complejas, por su parte, estarían formadas por la suma de dos o más impresiones o ideas simples. Veamos esto con el siguiente ejemplo:
-Impresión simple 1. Color blanco de una superficie cubierta por la nieve.
-Idea simple 1. Recuerdo del color blanco.
-Impresión simple 2. Formas cubiertas por la nieve, tales como edificios, coches, árboles…
-Idea simple 2. Recuerdo de las formas anteriores.
-Impresión compleja. Una ciudad nevada.
-Idea compleja. Recuerdo de una ciudad nevada.
Ahora bien, ¿de qué modo asociamos ideas en nuestra mente? Hume opina que existe una fuerza parecida a la atracción gravitatoria que afecta a los cuerpos, y dicha fuerza afectaría a las ideas de un modo parecido.
Video David Hume
https://youtu.be/DvMxBO4UIpU?si=AhhsmaBgvw_1ktmS
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